Parece que la vida está hecha para ser fuerte, duros como el titanio, invencibles... Pero, ¿siempre es así?
Tengo un amigo, es un hombre fuerte y esbelto, y guapo! Tiene una mujer bellísima y dos luceros que alumbran sus vidas, visto así ¿qué más puede pedir? Pues la vida le pide más a él.
Dentro de unos días debe convertirse en titanio, debe afrontar un duro palo que le ha caído. Pero estoy convencida de que lo conseguirá, se volveré fuerte, tan fuerte que lo malo rebotará en su pecho y se marchará. Sus luceros lo protegen, su mujer lo acompañará en todo momento y sus amigos le mandamos nuestra fuerza para que se una a la suya y así le resulte menos complicado superar lo que le viene.
Por desgracia, no es el único amigo al que le toca superar un momento difícil. Tengo una amiga que pronto deberá convertirse también en titanio, pero ella afrontará todos los malos momentos que le toca vivir porque anhela a su lucero.
Desde aquí les quiero mandar mi apoyo, mi fuerza, mi valor por si les falla el suyo. Sois Titanio.
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